De pronto me he visto mirándome desde otras mujeres, y desde algunos hombres. No sé si por educación (socialización) o por naturaleza (que lo dudo), pero definitivamente las mujeres somos increíblemente complicadas. Somos expertas en complicarnos la vida, y complicárselas a los demás.
Es como si nos autosabotéaramos, como si sufrir o quejarnos fuera nuestra vocación, e intentar y buscar cambiar una y otra vez, como eco del mito de Sísifo, fuera nuestro destino.
¿Por qué le damos tantas vueltas al pasado, a los sentimientos, a la existencia? ¿Por qué somos más fáciles de caer en la voraz publicidad de la juventud eterna y el cuerpo perfecto? ¿Por qué no somos prácticas, seguras, de mente abierta? Si fuéramos así, dejaríamos de:
-Creer que las demás son mejores que nosotras.
-Pensar que alguien, sobre todo otra mujer, nos quiere quitar lo que tenemos.
-Imaginar que todo tiempo pasado fue mejor.
-Creer que no merecemos más.
-Intentar ser mil mujeres en una.
-Revivir malos ratos.
-Sentir culpa y la necesidad de arrepentirnos a cada momento y por todo.
-Criticar a todas las demás mujeres, y mejor apoyarnos.
-Torturar a los hombres con nuestros traumas y miedos.
-Buscar controlar y manipular a los hombres.
-Tomarnos todo a título personal.
Es cierto... ¡Qué raras somos las mujeres!
Desaliñado.
-
Que por qué ando tan desaliñado,
me preguntan.
Que por qué no me corto el pelo,
(ya manifiestamente largo).
Que por qué me he dejado crecer
mi ya nívea barba...
Hace 6 años.
1 comentario:
Hola,
Estoy de acuerdo con lo que dices; desde siempre, tenemos que ser perfectas y maravillosamente atractivas, cuando lo que quizás tendríamos que hacer es asumir con naturalidad nuestros defectos y potenciar nuestra trayectoria personal.
Saludos,
Dama.
Publicar un comentario